jueves, 27 de enero de 2011

Ese (nuevo) fetiche llamado ciudadanía


Danny Monsálvez Araneda

Cada cierto tiempo y en determinadas coyunturas irrumpen algunas modas discursivas y conceptuales, que intentan “expresar” ideas, proyectos y anhelos personales y sociales, pero que a la hora de un análisis más concienzudo se convierten generalmente en peroratas vacías de cuerpos analíticos (verborrea y fraseología). Uno de aquellos conceptos de moda es el de “ciudadanía”. Entonces, como ya no se habla de pueblo, sectores populares, subalternos o bajo pueblo; al parecer hoy resulta más práctico y simple aludir a la ciudadanía como una generalidad
El tema-problema en cuestión no es si la alusión a la ciudadanía esta bien o mal, el punto pasa por la (in)capacidad que se tiene de poder explicar conceptualmente que se entiende cuando se habla (a nombre) de la ciudadanía; es decir, ¿se tiene realmente idea tanto en la discusión como en el desarrollo de lo que significa e implica aquel concepto?.
Algunos ejemplos: el gobierno constantemente expresa que esta abocado a trabajar para resolver los problemas de la ciudadanía; conjuntamente, determinados dirigentes de oposición argumentan que la derrota de la Concertación se debió a que ésta le dio la espalda a la ciudadanía, por lo tanto lo que hay que hacer es (nuevamente) reencantarla, y en último caso están los (auto) denominados “nuevos referentes” políticos y sociales, y más de algún “redentor” ciudadano que al alero de la crítica al sistema institucional, intenta erguirse como la voz o canalizados del malestar ciudadano. Peor aun, sobre la base de un par de expresiones rebuscadas y grandilocuentes, bien comulgando y subiéndose a cuanto carro de demanda y protesta “ciudadana” emana, se pretender hacer creer que se cuenta con la autoridad para dictar cátedra de lo que se debería o no hacer en materia “ciudadana”.
Por último, si tanto gusta hablar de y en nombre de la ciudadanía, no estaría de más realizar un pequeño ejercicio y explicitar si cuando se alude a la ciudadanía (a parte de conceptualizarla), lo hacen por ejemplo desde la noción civil, política o social, bien de todas o ninguna de ella.
(Columna de opinión publicada en El Diario de Concepción, martes 11 de enero de 2011, p. 2.)