miércoles, 15 de septiembre de 2010

PUEBLO MAPUCHE, UNA CORAL CONGREGACION DE PORVENIR







Vicente Painel


Los Mapuche (che: pueblo. Mapu: Territorio sagrado) son un pueblo que habita desde era precolombina a ambos lados de la cordillera - Meli Wixan Mapu (Cuatro áreas del territorio)-, en lo que hoy corresponde al Estado de Chile y Argentina. Luego de sendos levantamientos como el del Toki Leftraru (Lautaro) y los vencedores de Kuralaba (1598), Tokis Pelentraru y Angamanon, se consiguió independencia ratificada con el Imperio Español por el Parlamento de Quillen (Quilín) en 1641. La queda fijada en el río Biobio. Ya con la República de Chile, el Libertador Bernardo O´Higgins, establece la voluntad de reconocer el Estado Mapuche (luego será exiliado); Ramón Freire consagra el 7 de Enero de 1825 con el Parlamento de Tapiwe el respeto a la soberanía mapuche al sur del Bío Bio, estipulando la categoría de “pueblos hermanos” entre mapuche y chilenos (posteriormente, Freire también será exilado).

El País Mapuche (Wallmapu) goza de salud por siglos, su historia se sintetiza en una federación comunitaria y economía de potencia ganadera e industria textil – Edad de plata -. El Wallmapu perdura hasta la mitad del siglo XIX en que el Estado de Chile en simultaneidad con el Estado Argentino comienzan una estrategia de combinación de guerra de guerrilla, guerra de movimiento y guerra de posición, consumando un genocidio de 40 años aprox., engullendo la rica área; condenando al pueblo mapuche al subdesarrollo dentro de países subdesarrollados, incorporándolos a un intercambio que los despoja, minando su cultura y socavando su personalidad mediante el racismo.

En la actualidad, se cuentan 604.349 mapuche (Censo 2002) concentrándose en la IX región y las principales ciudades de Chile. No obstante, dada la falta de la variable intercultural en las mediciones oficiales, sumado a los mapuches que habitan del lado argentino, se estima que superan el millón de personas. En 1992 renace el ciclo de demandas mapuche coincidiendo en la emergencia continental indígena. Las iniciativas se entrelazan en la reivindicación territorial desde una matriz agro-cultural, hallando resonancia en la población mapuche migrada en las urbes y algunos chilenos (wenuy) que se identifican debido a la inequidad causada por el neoliberalismo y la transculturización digitada por las disposiciones sistémicas mediático-conductistas.

Desde la mitad del siglo XIX, cuando la “fracción” mercantil y dependiente de Inglaterra (luego de USA) hegemoniza la constitución del Estado, se ha desconocido los Mapuche, solo citándolos como pretérito guerrero – Araucano -, estereotipándolos para justificar una normalidad unidimensional. No obstante, en la actualidad, el Estado de Chile ha ratificado el Convenio 169 de la OIT con lo que se les reconoce como Pueblo Indígena y por ende Sujeto de Derecho. Sin embargo, considerando el ethos del Estado, cabe la posibilidad que el gesto sea un dispositivo de racismo renovado, un reconocimiento de un pueblo con derechos limitados, la creación de un gueto subvencionado de perfil folclórico.

Los mapuche, se han ido organizando de forma independiente a los Partidos Políticos tradicionales; adoptan modos rurales de asociación con sintonía en agrupaciones mapuche urbanas. El despliegue en estas últimas dos décadas los ha visibilizado como actor que si bien no demuestra una dirección única, se evidencia como un movimiento, el único movimiento que ha podido limitar la vorágine neoliberal chilena exacerbadamente consumista, centralista y expoliadora.

Los gobiernos de Lagos y Bachelet declararon terroristas a los mapuche que reivindicaron acciones directas en zona rural. Además, durante estos gobiernos, fueron asesinados por Carabineros los comuneros Lemun, Catrileo y Collio – asunto totalmente impune -. Existen decenas de comuneros que se encuentran presos por juicios espurios; varias comunidades mapuche sufren la excepcionalidad del Estado de Derecho - Estado de Derecho por cierto, que reitera un historial de represiones que hacen concebir la excepcionalidad como confirmación del mismo-. Hoy, el gobierno de Piñera – Derecha secular -, enfrenta una Huelga de Hambre de Presos Políticos Mapuche (condenados por la Ley Antiterrorista creada por la dictadura de Pinochet y aplicada por la Concertación). La movilización devela la indignidad de las autoridades en pleno Bicentenario.

Las perspectivas de los Mapuche pasan entonces: por la libertad de sus activistas y el desarrollo del carácter popular, ambiental, provincial y andinista que potencialmente han ido portando; por la sensibilización internacional ante el apartheid sofisticado y tecnológico del Estado; y por el pueblo chileno que despierte del letargo ansiolítico en que se amarra por altas dosis de deudas y vulnerabilidad.

No hay comentarios: