lunes, 24 de agosto de 2015

Edición extraordinaria de revista Iniciativa Laicista


Alejandra Sandoval
Coordinadora Editorial


Cuatro meses han pasado ya desde que el 21 de mayo, la Presidenta de la República anunciara al país el inicio de un proceso constituyente a partir de septiembre. Desde entonces – en rigor desde mucho antes, pero sin el efecto mediático actual – hemos asistido y participado de un incipiente debate, en torno al futuro constitucional que nos espera.
Una nueva Constitución es un pacto social fundado en  acuerdos políticos y sociales en la perspectiva del interés común, de tal manera que debemos aspirar a que contenga acuerdos estables y representativos de la voluntad popular.
Muchos han sido los que han abordado el análisis en torno a este desafío, donde cabe distinguir a los rigoristas-procedimentales, quienes – con matices – concentran la discusión en torno a la inviabilidad de alternativas distintas a la Asamblea Constituyente, y los esperanzados, quienes conscientes de la necesidad de sustituir o reformar profundamente la actual Carta Constitucional, asignan la prioridad en el fondo, más que en la forma.
Lo cierto es que, afortunadamente, el debate ya se encuentra instalado, y no existe en el espectro social una voz sinceramente convencida de lo contrario. Si bien es cierto que como instrumento jurídico la actual Carta funciona aún, y podría seguir funcionando, cierto es también que esta, como expresión del pacto social, ya no responde a las necesidades que plantea el Chile contemporáneo.
Demostración de aquello – sin entrar en el prolongado debate sobre su legitimidad en cuanto al pacto social que debería subyacer – resulta ser el enorme trabajo de ajustes y reformas, más y/o menos profundas que desde 1989 se le han aplicado, sin que satisfaga a la mayoría del país.
Para septiembre queda poco, y aunque han mediado ya anuncios que advierten sobre la excesiva duración del proceso, lo imperioso es comenzar cuanto antes. Lo primordial es dar por iniciada, formal e institucionalmente, una discusión y un proceso que ya no puede seguir esperando. Desarrollar el debate es una necesidad social indispensable para seguir avanzando en la construcción de un Chile más justo, efectivamente laico en su institucionalidad política, y más democrático.
Instalar en la agenda de desarrollo la formulación de una Nueva Constitución, fruto de un pacto social, es una verdadera necesidad, sobre todo cuando hay grandes desafíos en la agenda país que no pueden enfrentarse sin el concepto ordenador que corresponde a una Carta Magna pensada para la democracia.
Como una contribución al debate que deberá darse en el país, revista Iniciativa Laicista ha pedido a distintas personas que reconocen la importancia de la laicidad en las instituciones del Estado, y que tienen un irrenunciable compromiso democrático, además de una manifiesta adhesión a la profundización de los derechos humanos, para que entreguen su reflexión sobre el proceso constituyente y  los objetivos esperados en una nueva Carta Magna, planteamientos que ponemos a disposición de nuestros lectores en www.iniciativalaicista.cl.

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