lunes, 23 de febrero de 2009

El derecho a una muerte digna




Danny Monsálvez Araneda

El caso de Eluana Englaro, debe colocar como tema de discusión ciudadana otro de los derecho fundamental: el de morir dignamente. Lo peor que le puede ocurrir a una sociedad, es tratar de ocultar, omitir, coartar, levantar algunos fantasmas o caer en caricaturas sobre el peligro que significa debatir este y otros temas de carácter valórico.
Aquellos que por razones religiosas, filosóficas, se autoproclaman defensores de la vida y representantes de la verdad, están en todo su derecho de hacer presente sus puntos de vista, incluso de aplicar (imponer) sus postulados a sus fieles y seguidores; pero otra cosa es querer imponer su visión a quienes -también- legítimamente tienen una interpretación distinta de la vida, del hombre y obviamente de la muerte. Por lo tanto, en un país donde conviven diferentes visiones, lo más lógico es que todas tengas legitimo y responsable derecho a expresarse y especialmente llevar a la práctica.
Temas tan importantes para el ser humano como el derecho a una muerte digna debe plantearse públicamente, desplazando aquella prohibición que algunos pretenden aplicar a toda la sociedad, como si el resto de los mortales fueran primates que no saben pensar y actuar y por lo tanto necesitan ser monitoreados en sus conductas y pensamientos.
Es más, pretenden hacer creer que promover el debate sobre estos temas es estar a favor de la muerte. Otros más osados apuntan sus dardos a las ideas del laicismo como los responsables y culpables de que exista la eutanasia o el aborto. No faltan quienes temerariamente sacan a relucir el tema del “relativismo moral”, como otro de los grandes pecados. Al parecer la luz de su verdad, es tan fuerte que los encandila y no los deja ver, peor aun pensar por si mismos.
Intentar presentar el debate sobre el derecho a una muerte digna como la lucha de la vida contra la muerte, no es otra cosa que una miopía intelectual, propia de un pensamiento dogmático. En ese sentido habría que ver quienes son los que realmente están a favor no de la vida, de la muerte, sino de debatir y contraponer (y no imponer) ideas o creencias.
Existen personas de “mente elevada y corazón libre” que desde sus particularidades realidades promueven el debate de ideas sobre estos temas, rompiendo el cerco mediático del pensamiento único basado en el dogma y una moral.
Finalmente, el padre de Eluana Englaro experimentó el dolor y sufrimiento en carne propia; por lo tanto, quien es uno (u otros) para venir a dar lecciones sobre la vida o la muerte.

(Publicada http://www.diariodeconcepcion.cl y
http://dgmagentedemente.blogspot.com/ )

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