sábado, 18 de abril de 2009

Pobreza, la crisis permanente. Un problema ético.





Luis Santibañez Ibarra

Según un reportaje en terra.cl el 6 de abril de 2009, la mayoría de los economistas sitúa la fecha de recesión antes de julio en Chile. El mayor desplome desde 1998 sufrió la economía en febrero, revela la contracción del 3,9% interanual en el indicador de la actividad económica IMACEC. Esto ha puesto en tela de juicio las tres grandes orientaciones de la política fiscal anticrisis: el estímulo económico, el plan crediticio y la baja de tasas.
Aún queda tiempo para que el Ejecutivo disponga nuevos paquetes de medidas a fin de controlar el bajo consumo y el alto desempleo, por ahora queda ver como irá evolucionando la economía a partir del mes de febrero.
Así el sin numero de analistas llenan los medios de comunicación con distintas predicciones sobre el alcance y profundidad de la crisis, y en términos de solución se discute de que modo los estados deben colocar grandes cantidades de recursos para que no colapse el sistema.
Esto significa que los que tienen más, reciben más para que sus negocios continúen funcionando y los que tienen menos reciben pequeños montos de dinero para consumir y activar el mercado. O sea, la mayoría paga deudas de tarjetas de crédito de supermercados, tiendas comerciales y de las farmacias acusadas de usura.
Lo peor de todo es que la mayoría de los recursos en los países ricos se han ido a la llamada economía financiera y en menor grado a la llamada economía real, la de la producción y el empleo. Tal como lo planteo un televidente de CNN en Español, si estos recursos se destinaran a los pobres, no habrían pobres en el mundo, entonces el problema de la pobreza no es por falta de recursos. Por lo que el asunto que se discute es de cómo se recupera y se mantiene el sistema actual, y es más controlado o menos controlado.
Si miramos en términos gruesos como se aborda el tema de la pobreza, tenemos que una forma es mediante las llamadas políticas sociales, estas son fundamentalmente correctivas de lo que produce el sistema y las políticas económicas y desarrollistas de las distintas áreas. Por lo que fundamentalmente no se ataca el problema en su raíz, el propio sistema. Por lo que salvar este sistema sin abordar la causa de la pobreza es mantener a millones de personas en el hambre y la injusticia.
Esteban Beltrán Director de Amnistía Internacional de España, plantea que “está habiendo otras violaciones de derechos humanos de las que nadie habla”.
“El derecho a la salud, a la educación, a tener una vivienda son derechos que también se han deteriorado, lo que demuestra que es mentira que crecimiento económico significa disminución de la pobreza. Debemos llevar la pobreza al ámbito de los derechos humanos y encontrar a los responsables. Igual que en el siglo XIX se toleraba la esclavitud, pero a nadie se le ocurría apadrinar a un esclavo sino combatir la esclavitud, nadie debería apadrinar un pobre, sino combatir la pobreza”.
“Hay que llevar la pobreza a las constituciones y a los códigos penales para que así todas las leyes que se aprueben tengan que ir destinadas a abolirla”.
El problema central es ético. Es inaceptable que miles de pobres sufran la injusticia y si un solo inocente niño estuviera condenado a morir de hambre por causa de la pobreza, el sistema actual es inaceptable.
Por lo que las llamadas “políticas económicas contra-cíclicas” que están tan en boga deberían ser acompañadas por “políticas contra-sistémicas”, que promuevan la justicia social, una economía solidaria, la equidad y la garantía efectiva de los derechos humanos.

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