jueves, 17 de febrero de 2011

Luz Roja para Lavín, el MINEDUC y las Universidades.



Ignacio Sánchez del Campo


El Ministerio de Educación advirtió hace unas semanas atrás que en el mes de noviembre abundaría la publicidad estatal para informar sobre el gran incentivo que dará el gobierno para que los alumnos que logren más de 600 puntos en la PSU puedan estudiar gratis pedagogía.
Todos aplauden, inclusive y ante mi sorpresa, el líder de educación 2020, Mario Waissbluth, quien valoró la gratuidad de la carrera ¿Por qué lo resalto? Porque es uno de los pocos frentes ciudadanos exclusivo referente a la educación que van quedando, además del Magisterio y algunos Partidos Políticos que levantan la voz con regularidad, como el Radical, que aún persiste en enarbolar la bandera del “Gobernar es Educar”.
El Ministerio de Educación advirtió hace unas semanas atrás que en el mes de noviembre abundaría la publicidad estatal para informar sobre el gran incentivo que dará el gobierno para que los alumnos que logren más de 600 puntos en la PSU puedan estudiar gratis pedagogía.
El problema es el siguiente: Continuamos edificando estructuras sobre las arenas movedizas de la educación chilena: ¿Es un buen medidor la PSU? ¿Quienes obtienen más de 600 puntos en la PSU? ¿Quienes al final estudiarían gratis? ¿La vocación aparece con los incentivos económicos? ¿Ser puntaje nacional PSU es sinónimo de que tendremos brillantes pedagogos?
Respondiendo la primera pregunta: La PSU es un pésimo sistema de medición en dos formas distintas que incluso van en contra de los objetivos del mismo MINEDUC. ¿Es sensato que el ministerio evalúe con un sistema estandarizado (PSU), si por otra parte a los docentes en los colegios se les exige que realicen evaluación diferenciada acorde a las habilidades y capacidades propias de cada alumno? Es por esto que quiero decir de manera tajante que ES NECESARIA UNA PRUEBA INDEPENDIENTE Y EXCLUSIVA PARA SELECCIONAR A LOS FUTUROS PROFESORES. Aún es tiempo y creo que es necesario que tanto profesores, gremios, partidos y movimientos afines al mejoramiento de la educación, eviten con firmeza la aplicación de la PSU como criterio seleccionador. No basta que mida únicamente habilidades de razonamiento lógico.
La segunda pregunta se refiere a la extensión de la segregación social. La PSU hereda todas las diferencias sociales provenientes de las tres clases de educación (municipal, semi-privada y privada) y las instala en la educación superior. Entonces, ¿estamos diciendo que por salir de un colegio con menores recursos ese niño, medido por la PSU, no va a poder ser beneficiario de la gratuidad de la carrera, porque lamentablemente el destino (inserte la palabra Dios, la vida, Alá, la desidia del Estado o la que usted prefiera) lo hizo estudiar ahí?
He ahí el otro gran problema y tercera pregunta: Se beneficiarán quienes, justamente, menos necesidad tienen de ver pagada su carrera. No digo que lo puedan o no merecer si les ha ido bien, PERO NO MEDIANTE LA PSU, SINO CON UN NUEVO SISTEMA DE MEDICIÓN DE HABILIDADES BLANDAS DESTINADAS A ELEGIR VERDADEROS PROFESORES PARA EL PAÍS. No hay que mirar muy lejos. Esto se realiza para el estudio de la psicología ¿Cual de estas carreras tiene más repercusión en la sociedad? Lo dejo como pregunta abierta.
La cuarta pregunta con que llamo a meditar es: ¿Con el incentivo económico logramos que aparezca la vocación? Gracias al esfuerzo de mis padres provengo de la educación particular pagada, donde obtener 600 puntos es la norma general.
¿Acaso (llamado al Ministro de Hacienda y Legisladores) no ven lo delicado que es para las arcas fiscales pagar “un paseo” por la carrera de Pedagogía? El dinero lo van a recibir de igual forma las universidades, y bueno, el trueque hacia el Estado es “pero tú trabajarás en colegios municipales o semi-privado por 3 años”. ¿Y si se retira en cuarto año? Paga el Estado. La sociedad pierde dinero y un futuro profesor ¿Que pierde la Universidad? NADA. Eso no es responsable. Por eso, y lo reitero, PRUEBA ESPECIAL PARA SELECCIONAR PROFESORES.
Pero creo es necesario ir mucho más allá: ¿Porqué no una universidad del Estado dedicada exclusivamente a la formación docente? Una UNIVERSIDAD NACIONAL DE PEDAGOGÍA, como lo fueron las Escuelas Normalistas. Está bien, ya sacamos al Estado de todo, pero no lo saquemos de la enorme responsabilidad que debe tener en la generación de igualdad de oportunidades desde la cuna. Y esto es que tome un papel primordial en la formación de los futuros educadores y garantizar que estos tengan la vocación y apoyo estatal para ir donde más los necesiten.
Y por último, un pequeño dato “curioso”. Mucho endiosamos a los puntajes nacionales y a las personas con elevado CI. ¿Alguien conoce el CI de los asesinos en serie o de los asesinos organizados? Sobre 105 según el FBI. De seguro eso son 750 puntos en la PSU. ¿Por qué esta comparación tan extrema? Porque se debe eliminar la relación entre alto puntaje PSU = gran profesor.
En resumen, son todos aquellos factores los que nos permiten deducir que nos resulta esencial, como sociedad, instituir una Prueba Independiente de la PSU para seleccionar a los Futuros Profesores del País ¿Por qué? Porque la PSU no identifica las indispensables aptitudes propias de la disciplina docente y, menos aún, la existencia de una efectiva vocación del futuro educador. La gratuidad de la carrera de pedagogía, sin la debida selección, es una pésima decisión del gobierno y las universidades que, como ciudadanos, no podemos permitir.
Y para finalizar comparto con ustedes el siguiente pensamiento: “Otorga en su niñez un buen profesor al pobre de riquezas y, sólo así, verás morir todas las miserias que, en la oscuridad, reinaban la República.”
Con los valores de la Fraternidad y el Laicismo construyamos un país verdaderamente justo, pues la justicia empieza cuando damos a TODOS la oportunidad de surgir”.

Noviembre 2010

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