martes, 23 de noviembre de 2010

¿A QUÉ LE TIENEN MIEDO?

Por Lenguaraz (Mov. de Acción Librepensadora)






Ante la actual coyuntura en la UdeC es dable confundirse. Declaraciones cruzadas, alianzas torcidas, lobos con piel de oveja… en fin, y todo debido a ciertas modificaciones que ahora introducen los nuevos estatutos FEC elaborados por el Congreso 2010.

Las Juventudes Comunistas (JJCC) aliados extrañamente con el Movimiento Gremial (MG) se han negado tajantemente a aceptar la validez del nuevo cuerpo normativo aduciendo argumentos insostenibles, inflados con el tufo del sensacionalismo más barato. Llaman a plebiscito en nombre de la democracia, soportando su propuesta en una pueril interrogante: ¿A qué le tienen miedo?

Sacando un poco en limpio y sorteando en general las trampas mediáticas que el “establishment” político universitario se ha esmerado en instalar contra el estudiantado, aparecen a flote como pestilentes peces muertos las verdaderas razones y móviles que tienen las fuerzas partidistas tradicionales para vestir de lana inmaculada y esconder sus colmillos.

MOTIVOS OSCUROS

Muchos de estos dirigentes han anunciado en diversas oportunidades sus intenciones de seguir una carrera política. Para ello se afilian a partidos o a fundaciones vinculadas a partidos que les permiten juntar puntos y ser evaluados por una colectividad mayor y que los tendrá en consideración o no para candidaturas futuras atendiendo a su desempeño. Veamos los casos más emblemáticos.

Las personas de las JJCC este año no lograron levantar ninguna movilización. No lograron someter la Federación a los dictámenes de la CONFECH (Confederación de Federaciones de las Universidades de Chile, órgano también controlado por las JJCC). No posicionaron de buena manera el nombre de su colectividad; y para peor, finalizando el año entregan la federación con unos estatutos que perjudican su lógica de jerarquías y autoridades por privilegiar la organización de bases (a través de las asambleas de carrera). ¿Estarán muy bien evaluados en el partido? ¿O por el contrario sus ansias de ser candidatos se ven más o menos truncadas?

Los muchachos de la derecha más tradicional (y más extrema, personificados en la versión chilena del Corporativismo Franquista [MG]) no cuentan una historia muy diferente a la del párrafo anterior. Además de replicarse algunas situaciones antes dichas, se suma la situación de que la FEC es ahora una institución que se declara ANTICAPITALISTA, controvirtiendo la piedra angular de su doctrina. ¿Cómo serán vistos desde sus obediencias más altas cuando encabecen una herramienta que ha sido instituida para luchar contra la esclavitud en forma de deuda y de crédito que eufemísticamente se ha llamado “capitalismo”?

Por último, los aparecidos “Águilas”, (ese partido fundamentalista religioso que satura los espacios de la ciencia y la filosofía con carteles colmados de amenazas bíblicas e invasivas frases que acusan fanatismo) tampoco se escapan de esta realidad. De hecho, los cabecillas de este movimiento ya se han candidateado para concejales en períodos pasados, lo que marca un claro precedente en cuanto a sus reales intenciones.

Corresponde aquí h hacer un alcance. Aquí no estamos cuestionando las voluntades (legítimas por lo demás) de hacer carrera política. No estamos tampoco cuestionando sus aptitudes. Estamos clarificando nada más lo que realmente está moviendo a estos personajes a patalear como lo han hecho y a solicitar un plebiscito carente de fundamentos que de democracia tiene sólo la pinta.

TODAVÍA MÁS

Si cualquiera de ustedes solicita las rendiciones de cuentas de quienes se han repartido la federación por ya casi un decenio, podrá constatar no sólo que los nombres y las coaliciones se repiten una y otra vez, sino que además se tomará razón de que el dinero que se entrega para la organización estudiantil ha sido gastado, en su amplia mayoría, en transporte, teléfono, alimentación y “servicios” (claramente en beneficio directo de quienes hoy intentan travestirse de paladines de la democracia).

El jueguito electoralista que permitían los estatutos que las fuerzas conservadoras se resisten a dejar ir era una plataforma perfecta para aparecer en los medios, para imponer decisiones, para desviar recursos, y, en definitiva, para preparar el currículum que los impulsaría al mundillo de la farandulera y retorcida política adulta.

ASÍ NO MÁS

No son ideales ni profundas convicciones lo que ha movido a estos sujetos. Es sencillamente su proyección laboral a mediano y largo plazo que están viendo amenazada por una lógica que prescinde de paternalismos. Comprendiendo la forma en cómo funcionan estos partidos tradicionales en su aspecto juvenil, se comprende por analogía por qué la política adulta está tan viciada. Recordemos que estos mismos saltimbanquis serán los representantes del mañana si es que no aprendemos a organizarnos desde las bases.

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