lunes, 23 de marzo de 2015

Reseñas para mentes escépticas III


Rogelio Rodríguez

DESTEJIENDO EL ARCO IRIS.  CIENCIA, ILUSIÓN Y EL DESEO DE ASOMBRO, de Richard Dawkins. 

Tusquets Editores, Barcelona, 2000, (352 págs.)

Dawkins realiza, en este libro, una apasionada defensa de la ciencia en dos frentes.
Primero, se opone a quienes acusan a la ciencia de robarle a la vida la calidez que la hace digna de vivirse.  El título de su libro  - nos explica -  procede de un poema de John Keats, quien creía que Newton había destruido la poesía del arco iris al reducirlo a los colores prismáticos.  Esto, a juicio de Dawkins, es una equivocación.  La ciencia, lejos de provocar frialdad y desolación, puede proporcionar asombro reverencial mostrando el sentido de lo maravilloso que hay en el mundo. 
Quienes se definen como amantes del arte, muchas veces sienten una injustificada antipatía hacia la ciencia y la razón, pues en ellas no hay nada de amenazador.  Por el contrario, los misterios no pierden su encanto cuando se los resuelve, la solución es muchas veces más bella que el enigma e, incluso, cuando se desentraña un misterio salen a relucir otros, quizás inspiradores de una poesía más elevada.
Con un estilo cautivador, ameno, al alcance de todo lector, Richard Dawkins recopila  - desde la astronomía y la genética hasta el lenguaje y la realidad virtual -  ejemplos variados que muestran que la ciencia también entraña belleza y que el descubrimiento de los mecanismos que rigen los fenómenos naturales, lejos de destruirla, ensalza la poesía revelándonos aspectos sorprendentes que de ninguna otra manera podríamos apreciar o imaginar.
 El otro frente es el de las pseudociencias.  ¡Cuánta superchería y charlatanería tratan actualmente de vestirse con el ropaje de la ciencia para ser, así, admitidas en el escenario de las certidumbres humanas!  Sin embargo, no pasan de ser creencias infundadas, “mala poesía” al decir de Dawkins.
¿Qué impulsa a la gente a creer en cosas para las cuales no existe la menor comprobación?  Nuestro autor, biólogo evolucionista, aventura una teoría: en el caso de la especie humana la selección natural (la supervivencia de los mejor adaptados) favorece la credulidad ingenua de las criaturas infantiles, penalizando una actitud mental experimental y escéptica a esa edad.  Naturalmente el aprendizaje mediante ensayo y error no es algo positivo ni beneficioso en la niñez, pues los errores son a veces demasiado costosos, pudiendo incluso llegar a acabar con la vida de quien ensaya.  De modo que la credulidad en los niños  - ante lo que dicen sus padres, sus profesores, las personas mayores -  es, en general, algo normal y saludable. 
Pero esta candidez confiada puede tornarse en credulidad enfermiza y censurable si persiste en la edad adulta.  Crecer debe incluir el cultivo de un saludable escepticismo.  Sin embargo, la extendida disposición mental hacia la credulidad en la adultez surge del anhelo de las comodidades y seguridades perdidas de la niñez. Y de esta disposición se aprovechan los propagadores de pseudociencias.
Dawkins pasa revista a varios ejemplos de “poesía científica mala”:  la astrología, las “ciencias de lo paranormal” (precognición, telepatía, espiritismo), las teorías sobre visitas extraterrestres, la especulación sobre milagros y coincidencias sobrenaturales.  Con ironía, pero también con rigor científico, nuestro autor enfrenta a estas pseudociencias mostrando lo que más probablemente son:  fraude, ilusión, alucinación, error o embuste.  

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